Introducción
Primero que todo queremos dar la bienvenida a nuestro
blog Lectores y a la profesora ya que sin ella este blog no existiría, En este
blog les hablaremos sobre los objetivos que vimos en todo el lapso que son la biografía de Jose Antonio Pérez
Bonalde, lirica romántica y pre
modernista, Venezuela heroica de eduardo blanco caracteristicas de nuestra epopeya
romantica semejanzas y diferencias entre criollismo y modernismo les
mostraremos y como ya todos sabemos es muy importante saber sobre la literatura
de nuestro país y es por eso que hicimos este blog.
José Antonio
Pérez Bonalde
Pérez
Bonalde nace en Caracas el 30 de enero de 1846, cuando Venezuela comienza a
vivir la etapa agitada de su republicanismo. Hijo de Juan Antonio Pérez-Bonalde
y de Gregoria Pereira Rubín, cuyo hogar por tradición y convicción fue liberal y
civilista, lo que le habría de traer problemas en esa Venezuela enfrascada en
permanentes disputas de carácter político.
La época que corre paralela a su
infancia se identifica con la violencia que sacude al país. Desde el punto de
vista literario, cuando nace Pérez Bonalde, ya el romanticismo se ha impuesto
en América. Los poetas venezolanos toman como modelos los románticos
franceses y españoles,
pero aún no se había producido un poeta romántico de carácter universal.
Poema
Vuelta
a la Patria (1876-77)
Estrofas (1877)
Ritmos (1880)
El canto al Niágara (1882), prólogo de José
Martí
Obras
La obra poética original de
Pérez Bonalde está representada por dos Poemarios: Estrofas (1877) y Ritmos
(1880). Sus traducciones de mayor importancia son El Cancionero (1885) del
alemán Henrique Heine, Y El Cuervo (1887)
Del Norteamericano Edgar Allon Poe.
Referencia
http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Antonio_P%C3%A9rez_Bonalde#Obras
Semejanzas Y Diferencias Entre
Modernismo Y Criollismo.
Modernismo: denomina a un movimiento literario que se desarrolló entre los años 1880-1910, fundamentalmente en el ámbito de la poesía, que se caracterizó por una ambigua rebeldía creativa, un refinamiento narcisista y aristocrático.
Criollismo: corriente regionalista de Hispanoamérica que se manifiesta en el cuento y la novela. Los autores que escribieron bajo esta influencia exponen y denuncian las condiciones sociales, económicas y políticas de sus respectivos países.
Referencia
http://es.wikipedia.org/wiki/Modernismo_(literatura_en_espa%C3%B1ol)
http://es.wikipedia.org/wiki/Criollismo_(literatura)
Venezuela Heroica De Eduardo
Blanco
Venezuela Heroica es una epopeya romantica escritor venezolano Eduardo
Blanco, publicada en 1881, la segunda
edición fue publicada en 1883. La obra narra en
forma romántica las batallas más importantes de la Independencia
de Venezuela.
Referencia
http://es.wikipedia.org/wiki/Venezuela_heroica
Eduardo Blanco
Eduardo
Blanco (n. Caracas, 25 de diciembre de 1838 - m. Caracas 30 de junio de 1912)
Hijo único de José Ramón Blanco y María Eugenia Acevedo fue el autor de dos
obras emblemáticas de la literatura venezolana.
Se tienen muy pocos datos sobre su vida.
Nace en Caracas el 25 de diciembre de 1838 y estudia en el colegio "El
Salvador del Mundo". Vive su juventud entre desórdenes civiles y elevados
ideales heroicos.
A los 20 años se incorpora al ejército y se
une al cuerpo de edecanes del General Páez entre 1861 y 1863.
En 1875 se da a conocer como escritor con los
cuentos Vanitas Vanitatum y El Número Ciento Once, ambos publicados en el
semanario La Tertulia, y la novela Una Noche en Ferrara, en donde abunda lo
exótico y lo fantástico. También colabora con publicaciones literarias y
políticas como El Cojo Ilustrado (1896),
La Entrega Literaria (1882) y La Causa Nacional (1889).
El acercamiento de Blanco a lo autóctono y
romántico se produce cuando publica Venezuela Heroica (primera
edición en 1881 y la 2 en1883),
Zárate y Cuentos Fantásticos (1882), Las Noches del Panteón (1895),
Fauvette (1905) y Tradiciones épicas y Cuentos Viejos (1914).
Entre 1900 y 1901 es ministro de Relaciones Exteriores.
Durante la presidencia de Cipriano Castro, entre 1903 y 1906,
desempeña el cargo de ministro de Instrucción Pública. En 1911 fue galardonado como escritor
nacional.
Referencia
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Eduardo_Blanco_-_Antonio_Herrera_Toro.jpg
Lirica Romantica y Premodernista y caracteristicas
¿QUÉ ES LA LIRICA
ROMÁNTICA?
forma
poética que expresa tradicionalmente un sentimiento intenso o una profundareflexión,
ambas ideas como manifestaciones de la experiencia del yo.
es
un reflejo de la literatura de la época, en el sentido de que los temasque toca
son la reivindicación de la libertad, la subjetividad, la exaltación del ³yo´ y
elansia de realización del individuo en una sociedad no burguesa (lo que le
lleva al mayor desprecio de las normas, del dinero y de la vida y a ser
más generoso).El paisaje y la naturaleza dejan de ser meros decorados en los
que ocurrirán los hechos, para convertirse en fieles reflejos de la
interioridad del artista. A esta desazón románticaconviene un paisaje
desaforado, violento, salvaje, misterioso... (cementerios nocturnos,lugares
abandonados,...).Con respecto a su forma cabe destacar la polimetría y su musicalidad
(elementos que le danritmo, rimas agudas, onomatopeyas, aliteraciones,
paralelismos, asíndeton, polisíndeton).En cuanto al lenguaje, los poetas
románticos muestran una clara preferencia por lossustantivos procedentes de los
campos semánticos del sentimiento, el dolor, lainsatisfacción, la muerte, etc
(frenesí, arrebato, quimera, ilusión, delirio, sombra, tumba,etc.), así como
por los adjetivos de parecido significado (misterioso, lánguido,
tétrico,mágico, horrendo, sombrío,...). También recurren con mucha frecuencia
al uso dearcaísmos.
lirica
Premodernista
La literatura posmoderna
considera la escritura como el modelo del mundo y sigue los parámetros de una
estética de fuerzas, según la cual la producción de la obra está en manos del
lector. En consecuencia, lejos de la recepción pasiva, se le exigen nuevas
competencias para que esté en capacidad de asumir lo fragmentario y lo
inestable. Esta potenciación de la obra requiere otro tipo de recepción, lo
cual puede producir paradójicamente la indiferencia del lector, el esquematismo
de las obras y la superficialidad.
La literatura posmoderna también se identifica por su carácter antidiscursivo, que se manifiesta en dos direcciones: la ostentación y el ornamento. La primera está relacionada con la metaficción como proceso de autociencia, que denuncia el carácter ficticio de la obra. La segunda es, ante todo, un impulso hacia la intertextualidad que, favorecido por una actitud relativista, convierte la creación en un acto de bricolaje: el autor es básicamente un compilador de materiales fragmentarios. Ante este debilitamiento de las categorías de originalidad, presencia y significación nace una nueva superficialidad.
La literatura posmoderna también se identifica por su carácter antidiscursivo, que se manifiesta en dos direcciones: la ostentación y el ornamento. La primera está relacionada con la metaficción como proceso de autociencia, que denuncia el carácter ficticio de la obra. La segunda es, ante todo, un impulso hacia la intertextualidad que, favorecido por una actitud relativista, convierte la creación en un acto de bricolaje: el autor es básicamente un compilador de materiales fragmentarios. Ante este debilitamiento de las categorías de originalidad, presencia y significación nace una nueva superficialidad.
FLOR: PERES BONALDE
Flor se llamaba: flor
era ella,
flor de los valles en una palma,
flor de los cielos en una estrella,
flor de mi vida, flor de mi alma.
Era más suave que blando aroma;
era más pura que albor de luna,
y más amante que una paloma,
y más querida que la fortuna.
Eran sus ojos luz de mi idea;
su frente, lecho de mis amores;
sus besos eran dulzura hiblea,
y sus brazos, collar de flores.
Era al dormirse tarde serena;
al despertarse, rayo del alba;
cuando lloraba, limbo de pena,
y sus abrazos, collar de flores.
Era al dormirse tarde serena;
al despertarse, rayo del alba;
cuando lloraba, limbo de pena;
cuando reía, cielo que salva.
La de los héroes ansiada palma,
de los que sufren, el bien no visto,
la gloria misma que sueña el alma
de los que esperan en Jesucristo.
Era a mis ojos condena odiosa
si comparada con la alegría,
de ser el vaso de aquella rosa,
de ser el padre de la hija mía.
Cuando en la tarde tornaba al nido
de mis amores, cansado y triste,
con el inquieto cerebro herido
por esta duda de cuanto existe.
Su madre tierna me recibía;
con ella en brazos, yo la besaba..
. ¡Y entonces... todo lo comprendía
y al Dios sentido todo lo fiaba!...
¿Que el mal impera? ¡Delirio craso!
¿Que hay hechos ruines? ¡Error profundo!
¿No estaba en ella mirando acaso
la ley suprema que rige al mundo?
¡Ah, cómo ciega la dicha al hombre!
¡Cómo se olvida que es rey el duelo,
que hay desventuras sin fin ni nombre
que hacen los puños alzar al cielo!...
¡Señor!, ¿existes? ¿Es cierto que eres
consuelo y premio de los que gimen,
que en tu justicia tan sólo hieres
al seno impuro y al torvo crimen?
Responde, entonces: ¿por qué la heriste?
¿Cuál fue la mancha de su inocencia?
¿Cuál fue la culpa de su alma triste?
¡Señor!, respóndeme en la conciencia.
Alta la llevo siempre, y abierta,
que en ella negro nada se esconde;
la mano firme llevo a su puerta,
inquiero... y ¡nada, nada responde!
Sólo del alma sale un gemido
de angustia y rabia, y el pecho, en tanto,
por mano oculta de muerte herido,
se baña en sangre, se ahoga en llanto.
Y en torno sigue la impía calma
de este misterio que llaman vida,
y en tierra yace la flor de mi alma
¡y al lado suyo mi fe vencida!
II
¡Allí está! Blanca, blanca,
como la nieve virgen que el potente
viento del Norte de la cumbre arranca;
como el lirio que troncha mano impía
orillas de la fuentes
que en reflejar su albura se engreía.
¡Allí está!... La suave
primavera pasó; pasó el verano,
y la estación poética en que el ave
y las hojas se van; retornó el cano,
pálido invierno, con su alegre arreo
de fiestas y niños, y aún la veo
y la veré por siempre... Allí está..., fría
entre rosas tendida, como ella
blancas y puras y en botón cortadas
al despuntar el día...
¡Ay! En la hora aquella,
¿dónde estaban las hadas
protectoras del niño
que no vinieron con la clara estrella
de su vara de armiño
a tocar en la fernte a la hija mía,
a devolver la luz a aquellos ojos
y a arrancar de mi pecho los abrojos
de esta inmensa agonía,
de este dolor eterno, de esta angustia
infinita, fatal, inmensurable;
de este mal implacable,
que deja el alma mustia
para siempre jamás, que nada alcanza
a mitigar en este mundo incierto?
¡Nada! Ni la esperanza
ni la fe del creyente
en la ribera nueva,
en el divino puerto
donde la barca que las almas lleva,
habrá de anclar un día;
ni el bálsamo clemente
de la grave, inmortal filosofía;
ni tú misma, doliente
inspiración, divina poesía,
que esta arpa de lágrimas me entregas
para entornar el salmo de mi duelo...
Tú misma, no, no llegas
a calmar mi dolor...
¡Abrase el cielo!
¡Desgájese la gloria en rayos de oro
sobre mi frente..., y desdeñosa, altiva,
de su mal sin consuelo
al celestial tesoro
el alma mía cerrará su puerta;
que ni aquí ni allá arriba,
en la región abierta
de la infinita bóveda estrellada,
nada hay más grande, nada
más grande que el amor de mi hija viva,
¡más grande que el dolor de mi hija muerta!
flor de los valles en una palma,
flor de los cielos en una estrella,
flor de mi vida, flor de mi alma.
Era más suave que blando aroma;
era más pura que albor de luna,
y más amante que una paloma,
y más querida que la fortuna.
Eran sus ojos luz de mi idea;
su frente, lecho de mis amores;
sus besos eran dulzura hiblea,
y sus brazos, collar de flores.
Era al dormirse tarde serena;
al despertarse, rayo del alba;
cuando lloraba, limbo de pena,
y sus abrazos, collar de flores.
Era al dormirse tarde serena;
al despertarse, rayo del alba;
cuando lloraba, limbo de pena;
cuando reía, cielo que salva.
La de los héroes ansiada palma,
de los que sufren, el bien no visto,
la gloria misma que sueña el alma
de los que esperan en Jesucristo.
Era a mis ojos condena odiosa
si comparada con la alegría,
de ser el vaso de aquella rosa,
de ser el padre de la hija mía.
Cuando en la tarde tornaba al nido
de mis amores, cansado y triste,
con el inquieto cerebro herido
por esta duda de cuanto existe.
Su madre tierna me recibía;
con ella en brazos, yo la besaba..
. ¡Y entonces... todo lo comprendía
y al Dios sentido todo lo fiaba!...
¿Que el mal impera? ¡Delirio craso!
¿Que hay hechos ruines? ¡Error profundo!
¿No estaba en ella mirando acaso
la ley suprema que rige al mundo?
¡Ah, cómo ciega la dicha al hombre!
¡Cómo se olvida que es rey el duelo,
que hay desventuras sin fin ni nombre
que hacen los puños alzar al cielo!...
¡Señor!, ¿existes? ¿Es cierto que eres
consuelo y premio de los que gimen,
que en tu justicia tan sólo hieres
al seno impuro y al torvo crimen?
Responde, entonces: ¿por qué la heriste?
¿Cuál fue la mancha de su inocencia?
¿Cuál fue la culpa de su alma triste?
¡Señor!, respóndeme en la conciencia.
Alta la llevo siempre, y abierta,
que en ella negro nada se esconde;
la mano firme llevo a su puerta,
inquiero... y ¡nada, nada responde!
Sólo del alma sale un gemido
de angustia y rabia, y el pecho, en tanto,
por mano oculta de muerte herido,
se baña en sangre, se ahoga en llanto.
Y en torno sigue la impía calma
de este misterio que llaman vida,
y en tierra yace la flor de mi alma
¡y al lado suyo mi fe vencida!
II
¡Allí está! Blanca, blanca,
como la nieve virgen que el potente
viento del Norte de la cumbre arranca;
como el lirio que troncha mano impía
orillas de la fuentes
que en reflejar su albura se engreía.
¡Allí está!... La suave
primavera pasó; pasó el verano,
y la estación poética en que el ave
y las hojas se van; retornó el cano,
pálido invierno, con su alegre arreo
de fiestas y niños, y aún la veo
y la veré por siempre... Allí está..., fría
entre rosas tendida, como ella
blancas y puras y en botón cortadas
al despuntar el día...
¡Ay! En la hora aquella,
¿dónde estaban las hadas
protectoras del niño
que no vinieron con la clara estrella
de su vara de armiño
a tocar en la fernte a la hija mía,
a devolver la luz a aquellos ojos
y a arrancar de mi pecho los abrojos
de esta inmensa agonía,
de este dolor eterno, de esta angustia
infinita, fatal, inmensurable;
de este mal implacable,
que deja el alma mustia
para siempre jamás, que nada alcanza
a mitigar en este mundo incierto?
¡Nada! Ni la esperanza
ni la fe del creyente
en la ribera nueva,
en el divino puerto
donde la barca que las almas lleva,
habrá de anclar un día;
ni el bálsamo clemente
de la grave, inmortal filosofía;
ni tú misma, doliente
inspiración, divina poesía,
que esta arpa de lágrimas me entregas
para entornar el salmo de mi duelo...
Tú misma, no, no llegas
a calmar mi dolor...
¡Abrase el cielo!
¡Desgájese la gloria en rayos de oro
sobre mi frente..., y desdeñosa, altiva,
de su mal sin consuelo
al celestial tesoro
el alma mía cerrará su puerta;
que ni aquí ni allá arriba,
en la región abierta
de la infinita bóveda estrellada,
nada hay más grande, nada
más grande que el amor de mi hija viva,
¡más grande que el dolor de mi hija muerta!


